Sí, palabras más, palabras menos, esa frase me quedó grabada como el graffiti que fue. La leí a finales de los ’80 en la ciudad que forjó mis estudios en comunicación: “Barba… estás tan cerca que ya casi ni te oigo”. En esa época de hervidero “revolucionario”, disparaba nostalgia, desazón y ese encuentro con la eternidad que solo la juventud inventa. Pasaron los años y, como todo graffiti, se perdió. Pero algo quedó de él, y hoy le encuentro otro sentido, no revolucionario, s