Del por qué y para qué de esa acción, y ese eterno comenzar una y otra vez repitiendo el mismo patrón. No es filosofía, es diagnóstico: cuando la viveza mal entendida se mezcla con la incapacidad de razonar, el resultado siempre es el mismo. Retrocesos, daños y decisiones absurdas. Una radiografía cruda del patrón que domina la política y la gestión. Hay personas que, vaya uno a saber por qué desvarío místico, estratégico o táctico, toman decisiones que son una locura