LA LIBERTAD DE PERCEPCIÓN ES LIBERTAD DE ELECCIÓN

La prevalencia de la comunicación con imágenes discontinuas sobre la verbal ha influido en la percepción ciudadana. El "empaquetamiento" en la política genera una falta de reflexión, donde los ciudadanos deben volver a la esencia de las "palabras en acción" para evaluar críticamente y liberarse de representaciones superficiales.

Existe un constante bombardeo hacia el hombre, en el cual, si no se adapta a los tiempos veloces, vertiginosos y cambiantes para actuar rápidamente, es etiquetado como 'perdedor'; por ser un hombre incapacitado para alcanzar los estándares de éxito. En cada exposición, hay una clara invitación a permanecer siempre sobre la ola y no en el torbellino de esta. En ese bombardeo constante, aquel que se detiene a pensar es tildado de perder el tiempo, siendo considerado un individuo sin capacidad de adaptación. Y todo por qué; porque, en gran medida, el hombre se sumerge en una corriente de "ver" el mundo, y a sí mismo, a través de imágenes discontinuas, rodeadas de emoticonos en una selva de aplicaciones digitales y de exhibicionismo exacerbado de cuerpos en movimiento y sin dirección. Hoy la caja, el packaging, vale más que mil palabras… Cotiza tanto porque impide pensar qué hay dentro; directamente, brinda una concatenación de emociones en líneas y sin cuestionamiento. Si por fuera es bello, por dentro también.

Este proceso de "empaquetamiento" ha permeado en el ciudadano hasta el punto en que, en el sistema político de comunicación, es común encontrar la sustitución de la palabra expresada, pensada y con sentido por imágenes discontinuas para comunicar lo deseado. Las imágenes discontinuas se convierten en el instrumento ideal para el acto de poner en común una idea, una opinión, un sentimiento, una acción... pues refuerzan la creencia -profundamente arraigada en el ciudadano/consumidor- de que "ver" y "percibir" son sinónimos. Los asesores de comunicación, y especialmente aquellos dedicados a la comunicación política, comprenden esta 'nueva' capacidad, modo y verbalización que cambia de la 'palabra' como medio de expresión a la actuación (actings) por encima del verdadero contenido, donde el 'packing' (actings mediante imagen discontinua) se convierte en el lienzo de exposición. Así, el cuerpo que se "ve" y configura una lectura sin cuestionamiento, es decir, como se ve es.

El actuar del político (coacheado por el equipo interdisciplinario) se desplaza hacia el packaging, que vale más que mil palabras. Considerando esto y los objetivos del sistema político de lograr adhesión sin cuestionamiento a las políticas que se promulgan, el panorama es cada vez más sombrío para la ciudadanía, ya que es ella quien alimenta tal situación al no preguntarse: ¿dónde ha quedado el valor-palabra del relato verbal? ¿Dónde está ese espacio íntimo para la reflexión y tomar decisiones de acuerdo a la relación ver – percibir, o mejor dicho, la tensión entre lo objetivo - subjetivo (lo que llega objetivamente por parte de un sentido y es interpretado desde el plano subjetivo)? Entonces, ¿qué queda? Queda el ciudadano, vuelva a la raíz de la riqueza de las “palabras en acción” política, porque allí radica el capital de lo político. Si el ciudadano comprende que la palabra – acción es la que pone en movimiento una serie de emociones estimulantes que despiertan los modos de percibir para llenar de contenidos en función de la coherencia de quién pronuncia, promete o evoca (el político / candidato) y con la realidad de su nombre y lo que hace. Justamente es allí, en esos momentos de pausa, son los momentos de reflexión de esas “imágenes discontinuas” para rescatar el valor de las palabras, de esas palabras que dice y ese decir en lo que hace.

Esa es la pasacana obligada del ciudadano, para abrir nuevas vías de evaluación de las maneras de percibir y romper las cadenas de las imágenes discontinuas, para decidir en tensión entre lo objetivo / subjetivo y dejar de obrar por lo que se puede "ver": solo la cáscara del político que, por cierto, ellos bien conformes están. ¡En la libertad de tu percepción está la respuesta a la libertad de tu elección!

Por Victor H. Olivares

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