CUANDO TE DEJAS QUE LOS CELEBRITIES DOMINEN TU MENSAJE

Confianza. Coherencia. Credibilidad. Contexto. Principios que no se deben perder de vista, pues el horizonte está en estos cuatro ejes para el bien del ser político.

Los cambios de época en los modos de hacer comunicaciones golpean fuerte a los gestores de la comunicación política porque los políticos están más atentos a cuánto miden en las diferentes redes sociales por sobre el contenido comunicacional político y no se puede desconocer que en la contienda política se sumó un nuevo campo de batalla: el virtual. Las formas tradicionales con mítines de cientos de personas presenciales se están actualizando con los mítines virtuales con cientos de ciber-votantes. Esta realidad es innegable y los “animales políticos” lo saben y se dejan deslumbrar por las luces de los celebrities  virtuales, emulando a los influenciadores sociales de las diferentes plataformas, exponiéndose en la mayoría de las veces a situaciones de bufón de corte. En este artículo, se volverá a realzar la lógica comunicación de las 4C, norte que ningún hombre político de este bienaventurado país debe perder.

La realidad política del país está entrando en una crisis y los candidatos políticos no están reconociendo esta situación desde el punto de vista de la comunicación, porque se presentan a través de una imagen de celebrities  que, a modo de capa protectora, confían ciegamente en que nada ni nadie puede mellar su situación de 'líder político'. Sin embargo, no comprenden que ser “celebridad política” no impide que los ciudadanos puedan indagar su pasado. Hoy, se tiene acceso a un sinnúmero de datos, registros, imágenes y exposiciones del pasado del político que visibilizan los piolines que sujetan la careta-capa protectora.

Hoy la gran crisis que viven los políticos está dada en gran parte por una valoración a medias de las redes sociales y cómo ellas impactan en los esquemas de la comunicación política. Hoy los líderes políticos entienden a las redes sociales desde la periferia, quedándose con los “influenciadores jóvenes”, que con el desparpajo de la juventud, sin miedo al “éxito” y sin importar el “ridículo” se presentan a la sociedad digital para monetizar los “me gusta”, “me sigues”, “me reposteas”… , y así se presentan, lisa y llanamente como celebrities  sin evaluar lo que subyace: las arterias (piolines) que conectan a la máscara-capa con lo que realmente está detrás de ella: la ideología, el mensaje, la cultura, los valores y los principios del ser político.

Hoy, esos líderes políticos deben frenar su loca carrera y ser sinceros primero ante sí mismos, en segundo lugar con los comunicadores políticos y por último, ante la ciudadanía. Hoy, deben mirarse ante el espejo de su conciencia sin máscaras ni capas protectoras. Hoy los líderes políticos deben ser menos celebrities  y más profesionales para que aquellos que establecen las estrategias y sus tácticas que hacen posible la comunicación política reflejen la real virtud del líder con su capacidad para resolver problemáticas sociales, y no verse en la incomodidad de reflejar un caricaturesco personaje de un circo olvidado.

En ese contexto, y como profesionales que son, los comunicadores sociales se mueven, no sin antes exponer en privado la real imagen y semejanza del líder político. De esta manera, antes de comenzar a diagramar las estrategias con sus respectivas tácticas, el profesional de la comunicación desasna al líder en lo que se denomina las 4C´s. Luego, él, en la intimidad con su conciencia, dirá cómo quiere ser visto: como un celebrity o un líder. Pero, como se dijo, es responsabilidad del comunicador exponer las 4C’s, que son el pilar de cualquier liderazgo.

Confianza.

Aquí los ciudadanos ejercen un ‘juicio de valor’ basado en factores subjetivos por afinidad a la ética e ideología. Este juicio de valor debe ser apreciado en su totalidad, pues se establece el vínculo entre ciudadano y político, que provocará que la balanza electoral se incline hacia el favoritismo o el rechazo en función del grado de empatía que el político logre a través de los procesos de comunicación.

Coherencia:

Si al juicio de valor se le incorpora la coherencia, es decir, lo que se muestra es lógico y razonable con los factores subjetivos. Se reconocerá al político con actitudes políticamente correctas entre lo que es la realidad individual/personal y la realidad política/social.

Credibilidad:

Si a la confianza y la coherencia se le suma “lo que se es”, es decir, lo real, lo verdadero y lo seguro, se consigue la credibilidad. Aquí, se aumenta la confianza, pues la lealtad a su ser interno es tal que, más allá de los cambios que sufre el ser político por su condición natural de ser social, los principios y valores son los que dirigen los cambios, porque tienen cimientos sólidos donde descansa la credibilidad.

Contexto:

Por último, y no menos importante, el político debe estar enmarcado en el contexto y a los acontecimientos por donde transitará. En este punto tienen mucho que decir los dobles sentidos de las acciones, los lenguajes y los modos no verbales y para gráficos. El contexto apunta la dirección en la que debemos tomar el camino de la comunicación política.

Las 4C’s debe ser entendida y el desafío es grande para los que tienen como tarea profesional diagramar, ejecutar y evaluar la comunicación política de algún candidato oficialista u opositor en este proceso eleccionario que se avecina, porque no solo dará batalla en el campo de la comunicación política, sino que tendrá que poner límites a los intentos de los políticos por sucumbir a las luces de los streamers, "me gusta", tuiteros y reposts que los convierten en efímeros celebrities  por sobre el mensaje principal político, eje de toda la estrategia comunicacional.

Por Victor Olivares

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 Referencias

- Bimber, B. (2014). Digital Media in the Obama Campaigns of 2008 and 2012: Adaptation to the Personalized Political Communication Environment. Journal of Information Technology & Politics, 11(2), 130-150.

- Castells, M. (2013). Communication Power. Oxford University Press.

- Chadwick, A. (2017). The Hybrid Media System: Politics and Power. Oxford University Press.

- Coleman, S. (2010). The Importance of Political Communication in a Digital Age. Political Communication, 27 (2), 103-116.

- Davis, R. (1999). The Web of Politics: The Internet's Impact on the American Political System. Oxford University Press.

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