¿Cuándo el depredador duerme con hambre?

En el mundo del emprendimiento, una comunicación bien gestionada y proactiva es clave para mantenerse competitivo y evitar que las amenazas (tanto externas como internas) afecten el desarrollo del negocio.

Comunicación para emprender

Estar alerta no es una opción

En el camino del emprendimiento, es común que se nos presente una lista extensa de tareas: pensar en el producto, sus beneficios, aspectos legales, impositivos, capacidad de producción, clientes, y un sinnúmero de actividades que parecen imprescindibles e interminables antes de comenzar con la acción en nuestro negocio. Nadie cuestiona la importancia de estas tareas, pero este artículo tiene otro enfoque: la comunicación emprendedora.

"Cuando estás alerta, el depredador duerme con hambre". Esta frase, que encontré en un grafiti, refleja el estado de vigilancia constante que deberían tener todas las personas para cualquier orden de la vida, pero, en especial, cuando de comunicación emprendedora se trata, aún más. ¿Y por qué? Porque estar en guardia, ser proactivo y anticiparse a posibles problemas es clave para evitar ser presa de las circunstancias. Como persona hacendosa, se debe comprender que la comunicación emprendedora no debe limitarse a ser una función más dentro del negocio de difusión para la venta. La comunicación emprendedora es el eje que integra todas las áreas y procesos de la organización empresaria.

Cómo nos advierte el grafiti, la comunicación no solo es parte de la rutina empresarial, sino que debe ser una herramienta estratégica, constante y vigilante.

Los pilares de la comunicación emprendedora:

1. Principios y valores del emprendimiento: Son el alma del negocio, los que orientan y nutren todas las interacciones internas y externas.

2. Mensaje clave principal (MCP): Es lo que da coherencia y sentido único a los diferentes mensajes del emprendimiento, alineado con la identidad (apartado 1) y los objetivos del negocio.

3. Cultura organizacional: Fomentar una cultura sólida que refuerce el sentido de pertenencia de los empleados es esencial para proyectar coherencia y autenticidad.

4. Vinculación con las necesidades del contexto: Vincula todas las campañas (de marketing, relaciones públicas, bienestar interno, responsabilidad social, crisis, etc.), y las adapta a las realidades del entorno, de forma que el mensaje sea relevante y coherente con las demandas entre organización, mercado y sociedad.

5. Reputación sólida: Construir, fomentar y proteger la reputación del emprendimiento es una tarea permanente que se refleja en la percepción pública y la relación con clientes y socios.

6. Posicionamiento interno y externo: El emprendimiento debe ser percibido como un actor valioso tanto en el ámbito local como en el global.

7. Vinculación con actores clave: La interacción con los diferentes públicos, desde empleados hasta clientes, socios y la comunidad, es vital para asegurar la sostenibilidad del emprendimiento.

Estos pilares son transversales y provocan consecuencias en las áreas del emprendimiento. Por eso, la comunicación emprendedora debe formar parte de cada decisión estratégica, permitiendo a los emprendedores anticiparse a las dificultades, gestionar su reputación, y crear relaciones auténticas con sus públicos.

¿Alguna vez te has preguntado por qué sigues yendo a ese comercio?

Pensemos en esas tiendas o servicios a los que acudimos regularmente, incluso cuando existen otras opciones similares. Más allá de la cercanía o el precio u otras circunstancias tangibles, muchas veces volvemos por algo intangible: los valores y principios del negocio. Estos, como la honestidad, el respeto, la responsabilidad, la calidez, la reputación, la trayectoria, el trato personal o la solidaridad, se proyectan en cada interacción y son fundamentales para crear lealtad y confianza.

La comunicación emprendedora, en este sentido, tiene un impacto directo en la construcción del prestigio. Entendiendo al prestigio, según la RAE, como la ‘estima pública de alguien o algo, fruto de su mérito’. Esto no se consigue por accidente; es el resultado de acciones deliberadas alineadas con los principios del negocio, y es respaldado por una gestión de comunicación emprendedora pensada estratégicamente y ejecutada con cuidado, para fortalecer el negocio en los valores de mayor fortuna: reputación y posicionamiento.

Estrategias de acción para el emprendedor vigilante:

1. Anticiparse a los conflictos: Un emprendedor que utiliza la comunicación como herramienta para monitorear tendencias y establecer conexiones sólidas con sus públicos puede anticiparse a los problemas y evitar que el "depredador" tome ventaja.

2. Mantener la reputación y posicionamiento: Estar alerta y gestionar proactivamente la reputación y posicionamiento permite al emprendedor actuar rápidamente ante crisis o malentendidos, minimizando daños.

3. Crear relaciones auténticas: Gestionar una comunicación basada en la escucha activa y la comprensión de las preocupaciones de los públicos ayuda a crear vínculos profundos y genuinos, evitando la pérdida de confianza.

El ejemplo de las grandes corporaciones:

Las grandes empresas destinan entre el 7% y el 12% de su presupuesto anual a la gestión de comunicación, entendiendo que la comunicación no es solo una herramienta de ventas, sino un pilar estratégico. Además, aquellas empresas que operan en sectores de riesgo suelen dedicar entre un 0.8% y un 2.5% de su presupuesto a la gestión de comunicación en crisis (GCC). Estos porcentajes demuestran que una comunicación bien gestionada es fundamental para proteger el negocio de amenazas, tanto externas como internas, y esos recursos no son considerados gastos, sino inversiones que afectan positivamente las ganancias globales.

Conclusión:

En el mundo del emprendimiento, estar alerta y gestionar la comunicación de manera proactiva es vital para mantenerse competitivo. Un emprendedor que entiende la importancia de la comunicación emprendedora evita convertirse en presa de las circunstancias y, en su lugar, se posiciona como un actor fuerte y confiable en su sector. Así, el depredador duerme con hambre, mientras el emprendedor sigue adelante, un paso a la vez.

Por Victor Olivares

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