Cómo plantearse un buen objetivo... y tener éxito.
- Victor
- 10 mar 2021
- 2 Min. de lectura
Hay una pregunta -que podría decir recurrente- que se manifiesta cuando realizamos conversatorios en comunicación interpersonal. Es un interrogante que, con mayor o menor intensidad, todos buscamos su respuesta. Esa pregunta es: “¿Cuál es la clave del éxito?”.
Para ser honesto no tengo una respuesta acabada. Lo que sí tengo es una creencia en el éxito, y por qué; porque el éxito es un conjunto de varios factores, pero el más importe -lo digo desde un lugar muy personal-, es el espíritu. En ese deseo, esa aspiración, esa esperanza… en definitiva en esa “motivación” del espíritu que mantiene viva la llama de la superación. Ahí radica la clave; en el espíritu que se hace más fuerte y que ante la adversidad de las tormentas del fracaso, te levanta y te muestra la salida. Claro, ese espíritu hay que alimentarlo; y el alimento son el conjunto de factores como deseos, sueños, conocimiento, planificación, estrategias, etc.; … Resumo; ¡Creo en el éxito!... porque creo en el espíritu de la superación de cada persona”.
Entonces, para que ese espíritu logre su cometido, una de las tantas actividades de gestión es establecer “objetivos”, y ante ello, es necesario conocer estos 5 elementos para no perderse en el camino.
Los 5 elementos del objetivo son:
· Específico:
Esta característica sintetiza en ceñir (ajustar, acomodar) el objetivo a un aspecto, tarea o acción determinada. Esto evita la dispersión de fuerzas y la confusión.
· Medible:
El objetivo tiene que ser medible, es decir que permita aplicar metodologías que cuantifique los resultados (esperados, no esperados y aleatorios).
· Realizable:
Posibilidad alta de lograrse. Muchas veces, las “ansias” por lograr una determinada meta, se enceguece la mirada practica y realista y desde el comienzo está destinada al fracaso.
· Relevante:
El objetivo tiene que tener concordancia con los principios, valores, atributos y línea de negocios de producto y/o servicios. El objetivo planteado debe ser “subsidiario” y “colaborativos” a esos principios, valores, atributos y línea de negocio.
· Temporal:
Es como cualquier producto, tiene fecha de caducidad. El objetivo tiene que tener un principio y fin, pues ello permite junto a las otras características reajustar las decisiones.
Lo expuesto pertenece a lo que se conoce como “objetivos SMART”, que es un acrónimo (sigla cuya configuración permite su pronunciación como una palabra) del idioma inglés, que hace referencia a las características que debe tener un objetivo. Estas son
· Specific (específico)
· Measurable (medible)
· Achievable (Realizable / alcanzable)
· Relevant (Pertinente /relevante)
· Temporary (transitorio / temporal)
Ahora aplicaremos esta metodología a un ejemplo:
Objetivo…
‘Incrementar la periodicidad de publicación de valores y atributos de la organización en la red social Facebook para empezar una comunidad solida entre los fans/seguidores, aumentando un 100% más de seguidores y fans en el periodo de un año.’
Desglosemos el objetivo mediante Proceso SMART…

· Específicos: Aumento de seguidores/fans online.
· Medible: Plantea la cuantificación: aumentar 100 % el número de seguidores y fans(al momento de inicio se tiene 100 seguidores, al final se debe tener 200 seguidores).
· Realizable: Si es posible. Incrementar los seguidores en la red social Facebook y crear una comunidad online.
· Relevante: Sí. El objetivo es subsidiario de los atributos y valores de la organización.
· Temporal: Sí, existe un periodo de 12 meses (tiene fecha de inicio y final).
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