¡EL CIERRE! EL SALUDO QUE DEFINIRÁ EL POSTDEBATE (Y EL ESPACIO PERSONAL)
- Victor
- 6 oct
- 3 Min. de lectura

En la comunicación política, cada segundo cuenta, incluso después que se diga la última palabra. El reciente debate televisivo nos dio una clase sobre comunicación no verbal cuando Juan Pablo se desplazó hasta la zona de Edman para saludarlo.
Ahora bien, cabe realizarse la siguiente pregunta:
¿Fue un gesto de cortesía o una jugada maestra de invasión del espacio?
Esbocemos un análisis desde la gestualidad y la estrategia política.
1. La Invasión del Espacio (Proxémica)
El espacio físico en el contexto de un debate -la proxémica- no es neutral. Si se observa, los atriles están colocados para mantener una distancia protocolar, simétrica, que permita planos amplios y equilibrio visual entre los contrincantes. Esa disposición garantiza respeto entre rivales y neutralidad escénica.
Al finalizar el debate, Juan Pablo, al cruzar esa barrera realizó una movida estratégica y “agresiva”.
Su acción denota audacia, seguridad y control, obligando a Edman a participar en un encuentro no planeado, dentro de su propio territorio. Este gesto de “invasión” posiciona a Juan Pablo como el individuo dominante que toma la iniciativa, incluso dentro de las normas de cortesía. En clave diplomática, el mensaje implícito es claro: “Yo decido cuándo y dónde nos acercamos.”
El efecto buscado: desestabilizar sutilmente al adversario. Y las expresiones de Edman lo evidenciaron: incómodo, sorprendido y con reticencia —demasiado evidente— a aceptar el saludo, retirándose lentamente con la cabeza gacha.
Así, Juan Pablo, pese a la negación de algunos admiradores de Edman, cerró su ciclo comunicacional con impacto positivo para él. No fue algo que se viera en televisión, pero sí en las redes: proyectó seguridad, presencia escénica y dominio del “escenario global”, mostrando eso que en política vale y mucho: “Yo aquí estoy, superando problemas; para eso vine.”
Si a ello se suma su recorrido hasta las moderadoras para el saludo protocolar correspondiente, lo termina colocando como “el príncipe diplomático de la cortesía política.”
2. El Mensaje de la Gestualidad (Kinésica)
Más allá de la distancia, la forma del saludo refuerza el mensaje de poder.
· ̕Liderazgo asertivo: un candidato que se mueve primero y extiende la mano con firmeza (a menudo con la palma ligeramente hacia abajo) proyecta liderazgo ante el electorado. Sugiere iniciativa, dominio del espacio y disposición al contacto directo.
· La máscara de la cortesía: el gesto es estratégicamente ambiguo. Aparentemente, es un acto de fair play y respeto institucional, pero detrás de la sonrisa se esconde una táctica: evaluar y desafiar la compostura del rival en el primer minuto.
3. El Triunfo o Fracaso del Saludo
La clave del éxito de la “invasión” está en la reacción de Edman.
Caso 1: Si Edman se retira del set de forma forzada o con un apretón de manos débil, Juan Pablo capitalizará la jugada. El público percibe la tensión y la incomodidad, restándole puntos de seguridad.
Caso 2: Si Edman responde con contacto visual firme, sonrisa genuina y un apretón igual de sólido, o incluso saliéndole al cruce para neutralizar la invasión, el efecto se anula. En ese caso, el gesto de Juan Pablo quedaría en un mero acto de cortesía, sin ventaja estratégica.
En resumen
Aunque hay mucha tela que cortar, este esbozo introductorio muestra que el movimiento de Juan Pablo al cierre del debate no fue un simple saludo. Fue un intento claro de dominar el espacio y establecer una imagen de jerarquía ante los espectadores, particularmente en el postdebate de las redes sociales.
En política, es muy cierto que la forma en que se da la mano dice mucho más que lo que se dice con la boca.
Y ahora la pregunta te la dejo a vos, desde tu mirada de espectador:
¿Este simple gesto de “invasión” dará frutos postdebate?... ¿para quién?
✍️ Por Victor Hugo Olivares
Basado en el video publicado en TikTok:
🎥 Ver video original https://www.tiktok.com/@actualidadinformativabo/video/7557991785327283467
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