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Tu comunicación no necesita volumen: necesita columna vertebral

  • Foto del escritor: Victor
    Victor
  • hace 2 días
  • 3 Min. de lectura
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“…Cuando aprendés a ordenar identidad, coherencia y sustancia, tu comunicación deja de ser viento y se convierte en raíz. Y ahí crece tu proyecto… y vos también…”


 

Si sos emprendedor —recién empezando o con años en el ruedo— seguramente ya viviste esta sensación: hacés, publicás, intentás, te subís a lo que “hay que hacer”… y aun así sentís que algo no termina de encajar, hay una relatividad conformista.


Es normal.

No es falta de esfuerzo.

Y menos aún falta de talento.

Es falta de estructura. De columna vertebral.


Falta esos tres ejes que sostienen todo emprendimiento que trasciende el algoritmo, y se instala en la realidad de la mente de los otros: identidad, coherencia y sustancia.

Cuando estos ejes están flojos, la comunicación tiene volumen, pero no tiene alma.


Suena fuerte… pero, no dice nada. Sin embargo, cuando se está firme en los 3 ejes, la voz se apoya en algo más profundo que un post bien editado: se apoya en lo que es el emprendimiento, tu profesión y lo que tú eres.

 

1. Identidad: la voz que te sostiene incluso cuando dudás

La identidad no es un logo, ni un claim, ni una frase inspirada. La identidad es lo que te acompaña cuando el ruido digital te quiere imponer un camino que no es el tuyo.


Es esa historia que llevás en el cuerpo, tatuado a fuego. Es ese valor que no se negocia, aunque duela. Es esa experiencia que explica qué, por qué y cómo lo haces.


Cuando un emprendedor comunica desde ahí, no necesita gritar. Su voz tiene un timbre reconocible, propio, honesto. Y eso —eso sí— genera confianza, que después genera oportunidades en un ecosistema lleno de competencia.


La identidad es la única materia prima que nadie puede copiarte. El resto se aprende. La identidad se vive.

 

2. Coherencia: la diferencia entre parecer confiable y ser confiable

La coherencia es menos glamorosa que la identidad, pero igual de determinante. Es ese espejo incómodo que te pregunta si lo que decís refleja lo que hacés. Y si no, te muestra sin piedad el costo.


La incoherencia no se nota en un like. Se nota en la ausencia de llamadas, en las reuniones que no vuelven, en los vínculos que se enfrían.


La coherencia, en cambio, es simple:

lo que prometés afuera coincide con lo que sostenés adentro.

 

Y cuando un día fallás —porque fallamos todos— la coherencia es lo que te permite reparar sin disfrazarte.


En comunicación, la honestidad no es estética. Es reputación.

 

3. Sustancia: lo que queda cuando se apaga la música del feed

Podés tener un reel perfecto, un diseño impecable o la foto más cuidada de tu vida. Pero cuando no hay sustancia —ideas, conocimiento, perspectiva, aportes reales— todo se deshace apenas el algoritmo deja de empujarte.


La sustancia no es ser erudito. Es tener algo para decir que realmente sirva. Un pensamiento, una explicación, una mirada distinta. La estética acompaña. La sustancia posiciona.


Porque en un mundo donde todos intentan llamar la atención, el que aporta sentido es el que queda en la memoria.

 

Cuando estos tres ejes se ordenan, algo cambia

Cambian tus publicaciones, sí. Pero también cambia tu forma de mirar tu proyecto.

De repente ya no querés “postear porque hay que postear”. Querés decir algo. Y decirlo bien.


Ya no buscás volumen: buscás dirección. Ya no querés ser visto: querés ser escuchado.

Y ese cambio —ese giro pequeño pero profundo— es el que transforma una presencia digital en una reputación profesional. Y una reputación profesional en un nombre propio.

 

Para empezar hoy

No necesitas nuevas herramientas.

No necesitas un curso más.

No necesitas viralidad.


Necesitás columna vertebral.

  • Escribí tus tres valores innegociables.

  • Revisá tus últimos diez posts y eliminá lo que contradice tu identidad.

  • Prepará tu próxima publicación desde la sustancia, no desde la estética.


Hacé esto 30 días y vas a ver el cambio:

menos ruido, más claridad;

menos espectadores, más vínculos;

menos intención, más identidad.


Porque al final —y esto no falla—la comunicación que perdura no es la que hace ruido. Es la que tiene raíz.


Por Victor Olivares


Nota: Un claim es una frase corta, memorable y persuasiva que se utiliza en una campaña publicitaria específica para destacar el principal beneficio, cualidad o propuesta de valor de un producto o servicio.


 
 
 

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