El Nudo del Discurso [desátalo con cuidado con una adecuada preparación]
- Victor
- 9 oct 2021
- 5 Min. de lectura

“núcleo de la acción o de la tensión dramática que precede al desenlace.”
[R.A.E.]
¡Sí requiere esfuerzo. Vale la pena!
Toda intervención tiene tres componentes: exordio[1], nudo y final. Hoy es turno del “nudo” del discurso que para algunos es ‘cuerpo del discurso’, ‘desarrollo’ o ‘núcleo’. Personalmente me inclino por nudo, pues invoca a desatarlo siguiendo un plan elaborado para dar libertar a nuestras ideas, pensamientos, conocimiento e interrogantes. Cuidado, desatar requiere de planificación para no caer en libertinaje[2].
En esta parte, descansa la línea discursiva del tema central porque allí se encuentran las ideas, opiniones, justificaciones y conceptos. Ahora bien, ¿Qué hacer para que el nudo del discurso tenga coherencia? ¿Cómo exponer ese cúmulo de información sin yuxtaponerse entre sí?. ¿Cómo trabajar ‘ese deseo’ de que el público oyente comprenda, conozca, disfrute y sienta el tema de nuestra intervención y se apropie de él[3]?.
Poniendo en práctica estos requerimientos:
· Concordancia.
· Distribución.
· Progresión.
· Transición.
· Contenido.
· Obstáculo.
¿Concordancia; cómo comprenderla?
Cuando al orador se lo convoca a brindar una conferencia, los organizadores del evento tienen un tema central de convocatoria. De ese tema central se desprenden varios temas relacionados, que de acuerdo a las capacidades profesionales del orador, escogerá uno para desarrollar, y pasará a ser el tema principal de su intervención.
Aquí la primera concordancia, es la estrecha relación con el evento en general (macrotema) y la particularidad de la intervención (microtema). Hay una segunda concordancia, y está relacionada con la propia intervención, donde el orador buscará material (moderado y necesario) que sostenga y aporte su tema. En ambas, el disertante no se puede equivocar[4].
¿Cómo entender la distribución?
Se parte de la base que distribuir -desde la retórica- es colocar o acomodar pertinente los distintos elementos de una composición literaria. Entonces, distribuir es ejecutar una secuencia ordenada y lógica para que el discurso mantenga un hilo conductor sin desconexiones.
Si hay desconexiones, la disertación se tornará poco compresible, desmotivadora y no logrará unos de los propósitos de hablar en público: convencer (ser convincente).
¿Qué entender por progresión?
Aquí se hace referencia a la sucesión de temas los cuales deben tener relación directa -sin artilugios forzados- para avanzar en lo profundo del tema central. En consecuencia, cada idea, pensamiento, afirmación, hecho… debe estar articulado a lo inmediatamente anterior [esto tiene mucho de concordancia, cuando se habla de “material (moderado y necesario) que sostenga y aporte su tema”].
¿De qué hablamos cuándo decimos transición?
La transición es el paso breve, claro y ordenado de un momento a otro del discurso. Sí la transición cumple ese requisito, el tema central tiene una disposición lógica de transición estimulando en los oyentes, un espacio mental para la reflexión y asimilación -estructura- del tema principal.
¿Qué son los contenidos?
Sí se tiene conceptualmente cada uno de los anteriores requerimientos, ‘escribir’ el contenido del nudo del discurso será dinámico y llevadero. Desde lo estrictamente académico/investigativo y desde la experiencia/práctica, el orador es directamente responsable, porque se presume que tiene los conocimientos y experiencia necesaria certificada por su trayectoria profesional. Hay una regla invalorable en oratoria: Siempre; ¡pero siempre!, hable de lo que realmente conoce.
Hay un ‘sin embargo’. Desde el punto de vista de la oratoria, en este ítem es importante evaluar el público objetivo para conocer el perfil y ajustar los contenidos del nudo al público oyente. Recuerde estos dos grandes perfiles: “público con inclinación intelectual” (tienen mayor afinidad con la ‘abstracción’, y su acción está más involucrada al mundo de las ideas) o con un “público con inclinación práctica” (su afinidad esta en la acción, avanzan por inducción a partir de hechos concretos) [5].
¿De qué obstáculos se habla?
En el nudo del discurso debemos tener presente que se pueden presentar diferentes obstáculos. Entonces, se requiere analizar escenarios para visualizar posibles contratiempos y soluciones. Los más comunes están el orden psicológico del auditorio en cuanto a las resistencias a dejarse llevar por la disertación. Una herramienta, que contrarresta la resistencia, es apelar a acontecimientos mediante las emociones o la asociación de hechos de consecuencias directas a sus intereses[6].
La yapa…
La paradoja de elaboración. Decíamos que el discurso tiene tres partes bien definidas y en este orden: Exordio, Nudo y Final, y al momento de la producción se comienza por el nudo, luego sigue el final y se culmina en el exordio.
Victor H. Olivares, Profesor en Comunicación Social
SC; 26/09/2021
[1] Sobre el Exordio, puedes consultar a: https://olivaresvictor.wixsite.com/inicio/post/el-exordio-en-la-oratoria-que-dar%C3%A1-que-hablar
[2] Desenfreno en las obras o en las palabras. Fuente: https://dle.rae.es/libertinaje
[3] En este artículo encontrarás los cuatro propósitos que nos mueven a hablar en público: https://olivaresvictor.wixsite.com/inicio/post/te-preguntas-para-qu%C3%A9-hablar
[4] Dentro la propia intervención, también la ‘concordancia’ hace referencia a evitar (erradicar) las digresiones y las ‘grandes extensiones’ en la exposición (idea, pensamiento, opinión…), pues ello, provoca en el público oyente la dispersión, desatención y reducción del interés en el tema que desarrollamos.
[5] Creo oportuno contar una de mis experiencias sobre este tema. Una organización en administración de cuencas hidrográficas, fue convocada a un foro de problemáticas de los ríos. En ese momento, me encontraba realizándole una gestión de comunicación, y en función de ello me solicitaron que entrenara a un técnico que hablaría en representación de la Organización. Se preparó el tema, comenzamos los ensayos, llegó el día y se expuso. Al día siguiente, como se había acordado, tuvimos una reunión (siempre realizo un registro audiovisual cuando capacito / asesoro) de evaluación y afirmamos lo que habíamos percibido: un tiempo de descenso del interés del auditorio. Este desinterés se produce en la segunda mitad de la intervención cuando se incorporaron teorías a destiempo y forzada para “clarificar” una acción de intervención. En ese pasaje, y a pesar de tener un análisis del público objetivo, se cayó en el error de extenderse en la teoría, provocando por unos minutos el “adormecimiento” del auditorio (la disertación se transformó en una “clase universitaria”). Luego, sobre el final, se recupera la atención al realizar un cierre mostrando los escenarios ‘desalentadores’ a corto plazo que vendría a pesar de los esfuerzos de la Institución para mantener las cuencas sanas. Lamentablemente, quién prepara al disertante con técnicas de oratorias, puede tener un conocimiento global para entrenar en oratoria, pero muy difícil (no por capacidad, sino por tiempo) tener el conocimiento de fondo del tema. Esto debe estar aclarado -tanto para el orador como para quién lo entrena en oratoria- pues, ‘el conocimiento profundo de tema central de oratoria lo tiene el orador (por ello se lo convoca a disertar), como también es de su responsabilidad la selección particular de conceptos, opiniones y justificaciones del tema que disertará’. La responsabilidad del entrenador es brindarle las mejores herramientas para desarrollar una disertación clara, sencilla, dinámica que cumpla con los cuatro propósitos de la oratoria.
[6] Ver Yapa Uno y Yapa Dos en el siguiente enlace para mayor información: https://olivaresvictor.wixsite.com/inicio/post/te-preguntas-para-qu%C3%A9-hablar
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