¿Habilidad?... Sí (Oratoria - Parte 1)

El ser humano tiene muchas habilidades. Una de ellas es de muy valiosa para la vida social y sobre todo profesional... La habilidad del habla. Esta habilidad necesita ser entrenada para captar la atención de quiénes escuchan.

Desde las primeras horas de vida de las personas el habla llena su mundo. Con el correr del tiempo esta habilidad se desarrolla de acuerdo a la madurez y estímulos que recibe de su contexto.

A pesar de ser una habilidad desde temprana edad, mayorías de personas manifiestan una dificultad al expresar o proyectar una idea, sentimiento, opinión, justificación…. ¿Y, por qué?; porque no todas las personas se ‘entrenan’ la exposición y captar la atención de quién lo escucha.

La Real Academia Española, define entrenar como a la preparación o adiestramiento de personas o animales, especialmente para una práctica deportiva. En consecuencia y si bien hablar en público no es un deporte, la definición es acorde para perfeccionar la habilidad del habla, pues el entrenamiento (prepararse o adiestrase) en la habilidad del hablar (porque ella es una acción) requiere de estas prácticas para tener calidad y eficiente en la oratoria:

· Conocer el tema: Se requiere conocer de qué se habla y para ello investigar, reunir conceptos y comprenderlos para darse a entender. Esto provoca que el auditorio perciba con seguridad lo expuesto por el conocimiento en el tema.

· Establecer comunicación visual: Mirar a los otros mientras se habla es muestra de respeto. Cuando se expone a varias personas, el orador debe ensayar “esa mirada que abraza al auditorio” para ganar respeto y confianza.

· Buscar el tono ideal: Toda presentación oral tiene una cadena de conceptos que se exponer. El trabajo de entrenamiento en este ítem es encontrar el control de los tonos, formas y emociones apropiado para los conceptos que se están desarrollando. El 30% de la audiencia presta atención de acuerdo a los modos del cómo se dice.

· Evaluar las anteriores presentaciones: Esta técnica es registrar presentaciones anteriores. El objetivo es estudiar el lenguaje corporal para encontrar las coherencias y coincidencias con lenguaje verbal. Esto permite corregir determinados lenguajes no verbales. El 55% por ciento de la atención del auditorio se centra en el lenguaje corporal.

· La memoria falla: No se debe memorizar los que se tiene que decir. El trabajo es dominar el tema, puesto que quien lo domina entrar con profundidad o de forma periférica al tema central de la exposición.

· No improvisar: Todo debe estar planificado. Los conceptos deben estar encadenados para una mayor claridad y fijación del tema. Además, los que parece “bromas espontáneas” no lo son, éstas están planificada para distender (relajar) esa cadena de conceptos en el auditorio.

· Repetir; repetir: Hacer pruebas con su respectivo montaje y ejecución como cualquier actor de un espectáculo antes de ofrecerlo al público, cuantas veces sean necesario. Ello se logra mediante el ensayo de la exposición cuantas veces sea necesario.