Inversión prioritaria: Plan de Comunicación Corporativa

A dos décadas de comienzo del siglo XXI los contextos empresariales van mutando al ritmo de los modos de entender y gestionar la comunicación y en este nuevo devenir, la comunicación adquiere un rol destacado, pues ella es quien estimula los lazos entre la empresa y los diferentes sectores sociales con el fin de crear nexos identificatorios entre ambos para construir una relación en base a la confianza, los valores, principios y cultura empresarial. Hoy la comunicación corporativa no es vista como simple modos de circulación de mensajes, sino como elemente constituyente[1] de la cultura empresarial y los sectores sociales con los que interactúa.

La comunicación, en consecuencia, genera el valor agregado intangible a la organización por su clave para diferenciarse de la competencia y potenciar el posicionamiento (o re-posicionamiento).

La empresa que pone a la comunicación dentro de la alta gerencia, (zona de decisiones), estará transitando un camino seguro en los próximos 50 años de vida, pues, la comunicación organizacional es fundante del proyecto de la empresa en lo que se refiere a confianza y calidad como instrumento diferenciador, mediante el flujo de mensajes en sintonía (integrados) con la misión y visión / valores y principios.

Ejecutar tácticas para una buena comunicación tendrá beneficios positivos en la percepción inmediata y mediata en los diferentes públicos, por cuanto, el plan debe estar pensado para comunicar tanto para el interior como el exterior y reforzando los vínculos y apoyando los objetivos/metas; crear confianza e integración entre la organización y su entorno interno y externo.

Para tener el plan se requiere de algunos conceptos que deben ser entendido:

· Comunicación abierta. Ello es que debe esta vinculada con el adentro y el afuera.

· Comunicación multisectorial. Con ella se cubre los sectores de acuerdo a sus características, necesidades e inquietudes de cada grupo / sector.

· Comunicación multidireccional. Aquí se debe impulsar una comunicación hacia todas las direcciones (arriba, abajo, izquierda, derecha, oblicua y transversal).

· Comunicación de multisoportes. Los avances tecnológicos permiten gestionar la circulación en función del mensaje / soporte. Comprender este adelanto, es una clave de la comunicación del siglo XXI.

· Comunicación instrumentada. Ello permite a través de indicadores y soportes realizar un mediaciones y evaluaciones periódicas para acelerar, desacelerar o corregir procesos de comunicación.

· Comunicación planificada. Esta ‘metodología’ permite:

o trazar estrategias;

o definir los ‘estilos comunicativos’;

o priorizar el mensaje clave principal de comunicación del cual se desprenderán los mensajes primarios y secundarios;

o definir plazos temporales de ejecución;

o establecer las redes de canales internos y externos por donde transitarán los mensajes;

o optimización de los recursos comunicativos y financieros, y por último,

o diagramas de los procesos de evaluación continua y periódicas sectoriales y generales.

Todo ello se sintetiza en un Plan de Comunicación Corporativa mediante el cual se expresará la identidad e imagen (personalidad), las fortalezas, los compromisos valores y principios, la responsabilidad y por sobre todo el ‘corazón de la visión’, atributos que la harán única e irrepetible frente a la competencia y con un fuerte posicionamiento en el contexto donde se mueve.

Estas dos décadas, ha dejado en claro lo siguiente: “El Plan de Comunicación Corporativa es una inversión que genera bienes intangibles que son percibidos por los grupos / sectores (públicos) como valores y principios constituyentes que sostienen a la organización”, y ello queda demostrado en los altos porcentajes de recursos económicos que le asignan al DIRCOM en los programas operativos anuales, eso quiere decir que el desplazamiento ya es un hecho: lo que ayer era considerado un gasto, hoy es un inversión que deja altos dividendos a la organización.

[1] Se comprende como constituyente a la facultad o poder para formar y/o reformar alguna cosa por parte de quien la ejerce. Es decir que funda, estable y dato a “alguien” de una nueva posición.