(lenguaje positivo) ¿ Es posible?

Entrenar y entrenar. ¿Es el secreto para tener un lenguaje positivo?. Se puede. Se debe ejercitar el lenguaje para encontrar las palabras que más se ajustan para las relaciones personales y sociales. El plan -más que sencillo, pero sacrificado al mismo tiempo- es una rutina para aumentar la musculatura del lenguaje positivo.

Las palabras positivas producen un eco directo en el cerebro provocando una reacción de bienestar. Alegría, felicidad, ilusión, paz… son ejemplos de palabras con carga positiva de alta impacto en el cerebro. En la otra acera, encontramos temor, alerta, envidia, vergüenza…, palabras con alta carga negativas que se manifiestan con la inacción.

Por ello, el lenguaje es elemento determinante para el modo de abordar la vida, y con ello, un tipo implícito de acción o de inacción. La utilización del lenguaje no es por intuición sino por elección; pues cada persona realiza un esquema que responde “para qué y por qué” y “cómo y cuándo” se utilizan tal o cual palabra y no otras.

Resumiendo...

escoger adecuadamente las palabras ayudarán a las personas a enfrentar situaciones tensas y a su vez brinda incentivos para la acción para sí y para otros. Lo contrario a ello, está el lenguaje negativo (dañino) cargado de desilusión, ofensas e ira que desembarcará en un estado de resentimiento que neutraliza la acción. Según Castellano, una palabra negativa tiene un efecto devastador porque se necesitan 5 (cinco) palabras positivas para contrarrestar el efecto de la inacción y volver al camino de las relaciones positivas con los otros.

Como toda palabra tiene una carga emocional, el lenguaje forma parte de la inteligencia emocional que gestiona nuestras emociones para sí y para los demás. Es decir; con la inteligencia emocional se tiene conciencia de las emociones y a través del lenguaje se tiene conciencia de la propia palabra mediante una identificación de la misma (si es positiva habilitarla en nuestro lenguaje y si es negativa inhabilitarla), de la misma manera que se regulan las emociones se puede regular la palabra por su carga emocional, y para ello se debe tener conciencia de nuestro lenguaje actual y realizar un plan de entrenamiento para consolidar el hábito de un lenguaje en positivo.