Personalidad y los tipos [desde la mirada asertiva y su autoestima] Parte 1
- Victor
- 17 ene 2022
- 2 Min. de lectura
Actualmente existen estudios que mencionan 3 rasgos de personalidad desde el punto de vista del ser asertivo. Estos grupos son:
· persona “pasiva”,
· persona “agresiva” y
· persona “asertiva”.
Para poner en contexto, el ser asertivo es aquel que comprende su autoestima y constantemente la trabaja desarrollando sus capacidades de relacionarse con los otros de igual a igual (sin inferioridad o superioridad). El ser asertivo, con su dosis equilibrada de autoestima, es aquel aprecia al otro y al mismo tiempo se valora así mismo; además de comprender que las relaciones con los otros están en un plano de igualdad, y de reconocer alguna habilidad mayor en el otro, no le imprimen sentimientos de inferioridad.

En otros contextos, y ante la falta de “coraje” de acudir a un profesional para desarrollar la autoestima, se comienza a referirse al problema de forma oblicua: ansiedad, timidez, conflictos de relaciones íntimas, grupales o laborales, agresiones, culpabilidad…, es decir, una serie de manifestaciones que tiene su raíz en la autoestima y su deficiencia en las relaciones con los otros, pues las “evaluaciones mostrarán un déficit en las habilidades sociales expresados en conductas pocos asertivas (en menor o en mayor) que darán “personalidades” pasivas o agresivas, o bien, ambas de acuerdo a momentos y circunstancias.
¿El ser con personalidad pasiva qué características tiene?. Esta son algunas de ellas:
· Volumen de voz baja.
· Poca fluidez al hablar (suele bloquearse o tartamudear).
· Evita el contacto visual bajando o desviando la mirada hacia los costados.
· Adopta una postura corporal retraída y tensa.
· Inseguridad al expresar o justificar sus actos, opiniones o conocimientos.
· Siempre busca por todos los medios no incomodar u ofender a los demás, por lo tanto, retrae sus opiniones disidentes (no las manifiesta) lo cual en la mayoría de las veces provoca rabia.
· Las emociones que los domina son: impotencia, culpa, frustración y ansiedad.
· Al sentirse “inferior” crea un ‘falso concepto de deuda’, pues sus logros no son auto-percibidos como propios, sino que el otro lo “arrastró” a obtenerlo.
· Posee una serie de problemas de salud de origen somáticos (dolores de cabezas, gastritis, malestar muscular, etc.) a consecuencias de su negación psíquica que se manifiesta (mientras tanto) en su cuerpo (en lo físico).
En consecuencia y como síntesis, desarrolla un patrón de pensamientos (y por ende de comportamiento) de una “personas sacrificada” que camina por la vida sintiéndose un paria. Por esa necesidad de ser aceptado y querido por el mundo se disfraza de ‘servidor’ para evitar molestar y ofender a los demás con sus opiniones, actos o justificaciones disidentes.
Por último, estas personalidades -en ocasiones- “estallan desmesuradamente” llegando a ser personas agresivas (descontroladas) producto de la acumulación de tensiones y hostilidades.
[en la próxima entrada hablaremos de la personalidad agresiva]
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