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Periódico a la mitad [acceso transparente a la información sobre los asuntos públicos]

  • Foto del escritor: Victor
    Victor
  • 2 nov 2022
  • 7 Min. de lectura


"la ‘plenitud del ser ciudadano’, es cuando obra con la firme convicción de que la cosa pública, es públicamente a la vista de todos".


Propuestas 31 – Artículo #27 (noviembre 2022)


El ‘ser ciudadano’ es aquel que se interesa por los asuntos públicos sin la necesidad de estar comprometido con algún color político / ideológico u organización sectorial. Ese ciudadano demanda información transparente sobre las actuaciones que llevan los diferentes poderes públicos. ¿Por qué?. Porque los asuntos públicos requieren de decisiones que repercuten en el presente y condicionarán el futuro del cuerpo social.


Esa información debe decir qué, quiénes, cómo y en qué momento se gestiona la causa pública que representa el bien común y utilidad para todos; como también, qué inversión demanda tales gestiones.


Entonces…

la ‘plenitud del ser ciudadano’, es cuando obra con la firme convicción de que la cosa pública, es públicamente a la vista de todos.


Dentro de un sistema democrático y republicano, hay toda una maquinaria de parte de aquellos conglomerados del poder político ideológico que pretenden que el ser ciudadano se enrole solamente en los asuntos públicos ya consumados. Bajo esa lógica ejerce todo tipo de artimaña para que todo no esté “a la vista de todos” ofreciendo información como si fueran abierta y total, real y completa sobre tal o cual asunto público.

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En los temas trascendentales con alto impacto en la sociedad, se debe brindar los datos e información de cara y cruz frente a la ciudadanía [1].

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Ese conglomerado político / ideológico y sectorial, posee una cantidad importante de seguidores compuesto por tres grandes grupos de ciudadanos, a saber:

· El ciudadano cooptado por lo político / ideológico o de interés sectorial, es aquel donde su autonomía de pensamiento -por voluntad propia o por enamoramiento utópico- acepta sin cuestionamiento crítico los datos e información que se le brinda. La participación dentro del conglomerado parcializa la mirada del asunto público, y reproduce una cara de la moneda. Entonces, el ciudadano ya sea por la voluntad entregada o por enamoramiento (especialmente esto último) lo lleva hasta ‘ofrecer’ su vida por algo que en verdad no conoce o conoce a medias.

· El conformista, es aquel ciudadano que cree conocer la información. El solo conoce la “verdad a medias y muerta” y por no salir de su zona de confort no se preocupa por esa información viva, dinámica y generadora de acciones futuras. El conformista ve la fotografía del pasado y considera que el presente será igual, y con ese criterio se posiciona como espectador de una misma obra, que se repite una y otras vez hasta el hartazgo.

· El ciudadano narcotizado, que podríamos definirlo así como aquel que ve al "ser político va siendo desplazado por el ser ridículo, con una consecuencia aun mayor: la ridiculez envuelve a la cosa pública, la banaliza y bastardea produciendo una narcotización de la sociedad que debilita la sensibilidad y la capacidad de reacción, y por ende, las decisiones importantes pasan sin cuestionamientos para instaurarse en lo social con pocas opciones al cambio o reversión” [2]



La realidad es que dentro del ‘gran ciudadano’ existen seres que demanda transparencia de la información sobre los asuntos públicos. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han dado mayor facilidad de acceso y uso de la información dejando como resultado (aún incipiente) de “un mejor conocimiento de las oportunidades, circunstancias y procedimientos que existen y se abren nuevas perspectivas para la toma de decisiones” [3].

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El ciudadano tiene el derecho y la obligación de ejercer su ‘ser’ ciudadano.

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El acceso a la información pública de los asuntos públicos es un componente fundamental para dar soluciones a los problemas de interés general. Sin embargo, hoy vemos una acción de retroceso de parte de aquellos que han sido elegidos para gestionar los intereses públicos, pues en lugar de buscar la transparencia informativa continúan en zonas turbias, sombrías. Lamentablemente, y la historia es el testigo fiel por antonomasia de que más temprano que tarde, ese proceder genera la desconfianza en los ciudadanos que no han sido contaminados por los conglomerados.


Hoy asistimos y vemos incipientemente la existencia de un ciudadano que respeta, valora y demanda información transparente y justa que respalden las decisiones tomadas sobre los intereses públicos. Demanda esa información para realizar los cuestionamientos sin importar qué o quiénes están detrás de ellos, o proponer y gestionar caminos alternativos al asunto público para el beneficio de todos.


Frente a estos ‘nuevos ciudadanos’, el conglomerado político / ideológico partidario o sectorial hacen caso omiso y continúa creyendo que su poder ‘popular’ está en sus seguidores adormecidos (los tres grandes grupos mencionados). Los acontecimientos en varios países muestran el modo de gestionar la información a través del diario roto a la mitad, que provoca la formación de bolsones de descontentos. Pero, ¿qué significa informar con el diario roto a la mitad?.

Se trata de informar reteniendo información e ir creando un espejismo (una realidad a medida del conglomerado a través de un relato) que sustente un “secreto” (las verdaderas intenciones del conglomerado sobre los asuntos públicos).

*.*

Tú eres un espejismo en mi vía.

Tú eres una mentira de agua

y sombra en el desierto. Te miran

mis ojos y no creen en ti.

No estás en mi horizonte, no brillas

aunque brilles con una luz de agua

[Fragmento de ‘Espejismos’ de Dulce María Loynaz]

*.*


Esa forma de proceder (espejismo) trae una secuencia de acción. Se comienza con un torrente de estrés social. Los sentimientos de desconfianza, tensan los nerviosismos y ansiedades de los ciudadanos que aún tienen intacto la capacidad de libertad de acción y pensamiento.


Luego viene la segunda etapa, donde los ciudadanos no cooptados por el conglomerado avanza sobre los demás ciudadanos preguntando: ¿qué se esconde?; ¿por qué la información no es completa?. ¿Cuáles son los verdaderos intereses?. La no respuesta, genera paulatinamente una tensión social que crece de manera exponencial y afecta la rutina social en su diario vivir.


Ante esa tensión, los conglomerados insisten en el construir espejismos por sobre la información justa y transparente. La consecuencia es que mayor espejismo hay mayor descontento, y se llega a la tercera etapa, la pérdida de la paciencia social, pues a medida que el ser ciudadano se va dando cuenta que ya no quiere seguir leyendo el diario partido por la mitad (una cara de la moneda), produce el desplazamiento: de lo pasivo a la acción que se traducen en las primeras muestras de movilización ciudadana.


Ese desplazamiento hacia la acción, se produce mediante la ocupación de los espacios públicos -se consolida la cuarta etapa-. Aquí se produce una bisagra; si los ocupantes temporales del poder público abren la información y comunican la otra mitad del diario (la otra cara de la moneda) la ciudadanía volverá a la calma. De producirse esto, se corregirá lo que se tenga que corregir en función del interés público en juego, y el conglomerado reconfigurará sus acciones en función de los nuevos posicionamientos de los asuntos públicos.


Si ello no sucede se constituye la quinta etapa: el conflicto. En él, los conglomerados del poder público, recurre a reforzar su relato con información manipulada acompañada con la fuerza pública (simbólica o real, dependiendo de las circunstancias). La quinta secuencia es crucial y de quiebre, pues el conflicto cobra ribetes de descontrol y en ese descontrol reflotan los sentimientos de intolerancia, revanchismo y venganza, por el cual lo que fue un asunto público, termina siendo una oportunidad para el cambio y volver a revisar las viejas heridas que hicieron posible un estado.


En esta quinta etapa, la información cumple un papel relevante y es pilar constituyente para construir las nuevas reconfiguraciones de principios y valores sobre los asuntos públicos con un paradigma que rescata viejos problemas que se creía superados. Es la etapa final, ya el conflicto instalado en la ciudadanía, reflotan conflictos que fuero deficientemente costurados bajo criterios de unidad superficial y ya toda información será puesta en duda. Entonces, los actuales conglomerados que detentan el poder para los asuntos públicos, son reemplazados y desterrados.


Y ¿todo por qué?. Porque la falta de transparencia genera desconfianza. Si hay desconfianza, hay una cuota de incertidumbre, y ésta genera interrogantes sobre lo instituido. Esos interrogantes requieren de información clara y precisa que de respuesta a los por qué y para qué de las decisiones sobre los asuntos públicos.


Los grandes conglomerados saben de las etapas pero mantienen posiciones irracionales y cerradas que los ponen frente a un conflicto con altas consecuencias para la estabilidad del conglomerado, porque... si un ciudadano se interroga así mismo y luego a los sistemas instituidos (la ‘base’) de la construcción social y sus conglomerados de poder; está ejerciendo algo temido: la autonomía de pensamiento, autonomía que le permite conocer, evaluar y decidir… tres propiedades constituyentes de un nuevo paradigma de los asuntos públicos. Entonces, seguir fomentando el espejismo es la solución a pesar del alto riesgo de tener la muerte cívica y política, pero la tozudez muchas veces quiebra momentáneamente y demoran los cambios.


[1] ¿Conoces la sutil diferencia entre dato e información?. Enlace: https://olivaresvictor.wixsite.com/inicio/post/conoces-la-sutil-diferencia-entre-dato-e-informaci%C3%B3n

[2] Ordeñar al toro [a la vista de todos]. Victor H. Olivares. Propuesta 31 Artículo #25 Octubre 2022. Enlace: https://olivaresvictor.wixsite.com/inicio/post/orde%C3%B1ar-al-toro-a-la-vista-de-todos

FUENTES CONSULTADAS:

Naciones Unidas. (2005) Grupo 2 “La función de la sociedad civil y los medios de comunicación en la creación de una cultura contra la corrupción”. Acción mundial contra la corrupción. Los documentos de Mérida. Ed. Naciones Unidas – Viena – Edición digital en: www.unodc.org.

Gutiérrez Jiménez, P. (2008) El derecho de acceso a la información pública: Una herramienta para el ejercicio de los derechos fundamentales. Ed. Instituto de Acceso a la Información Pública del Distrito Federal. México.


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(*) Victor Hugo Olivares es Profesor - Comunicador Social, egresado de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata -UNLP (Argentina). Desempeñó diversas actividades y cargos relacionados con la comunicación corporativa para empresas privadas, entes gubernamentales y ONG's. Actualmente, reside en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) realizando asesoramiento en comunicación interpersonal y corporativa, como así también el dictado de talleres personales de comunicación política.

Información de contacto: +59170077796 /// +59170488932 /// victor_hugo_olivares@hotmail.com /// Blog Victor H Olivares

 
 
 

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